Sol_ Nunca Estaras

Hola~!! *se cubre de los piedrasos*
como han estado?
se que he tardado siglos en postear un nuevo cap. y crean me que lo siento muchusimo.
si quieren pateenme, golpenme, denme zapes, avientenme piedras o lo que quieran.... LO MERESCO~!!!
hounto gomen por la tardanza. pero espero y me sigan leyendo tratare de seguir actualizando algo seguido.
bueno ya hable mucho ne~!! bueno, espero y les guste el cap.
DOZO~!!

Capítulo 11

- ¡Ya déjame! ¡Lagartee~! – grite
Abrí mis ojos para encontrarme en el mismo lugar en el que había estado hace un instante solo que ahora no había nada…solo un gran silencio.
- ¿Que… que fue eso? -No me había dado cuanta antes pero estaba respirando muy agitadamente. – ¿Porque sigue atormentándome hasta en mis sueños?
Me aguante las ganas de llorar de la rabia que sentía. Me levante completamente de la cama y me cambie de ropa. Ya eran las 10 de la noche y seguro Milo no había comido nada. Qué raro, Milo no había venido a verme porque grite… quizás no me escucho por estar tan metida en su trabajo. Decidí ir a tocarle a su cuarto.
- ¡Pasa! – Dijo Milo sin quitar la mirada de su laptop.
- Hola…este… ¿Ya comiste? ¿Tienes hambre? – pregunte sentándome en la cama
-No, no he comido y si, estoy que muero de hambre desde hace ya mucho rato…solo que he estado metida en esto y bueno ya sabes…
- Si, si es muy importante – dije imitando a Milo y poniendo mis ojos en blanco. – ¿Cuándo dejaras esa revista de mala muerte?
- Rio - Bueno no solo es importante… esto me da de comer Y en cuanto a dejarla bueno eso ya lo sabes.
- Bueno entonces ¡esta vez invito yo!
- No, tú necesitas ese dinero mientras no encuentras trabajo. - se sentó a mi lado y paso un brazo por mi cuello.
- No, insisto, yo pago….además no es como si te invitara a un restaurant cinco estrellas – bromee – vamos al puesto de Takoyaki de Tamura-san – sugerí.
- Pero si tú ni comes Tako… es más creo que lo odias. – remarco aun con esa mirada cansada que tenía desde que se acercó a mí.
- Pues no es que lo “Odie”… – Hice unas comillas en el aire con mis dedos - el tako... pero como que nomás no… además Tamaru-san vende más cosas…mmm hasta ya se me hiso agua la boca
- Si, Como el goma dango que tanto te gusta ¿verdad? Pero mejor le paro ahí... porque si no vas a inundar mi cuarto con tanta baba que tiras… - Rio
Cada quien agarro sus bolsas y tomamos camino hacia el puesto, el cual no estaba tan lejos del departamento. Les parecerá raro esto pero, fuimos tomadas de la mano como cuando éramos niñas e íbamos al mismo lugar con nuestras madres…

Horas antes en la J&A

- ¡Aiba-san! ¡Aiba-san! – un junior, Taiga Kyomoto*, lo llama unos metros atrás de él. – Aiba-san!
- Ah, Tai-chan – saludo con esa sonrisa que lo hacía único – perdón por no hacerte caso antes, ando un poco distraído –rasco su cabeza con su mirada hacia el suelo.
- No se preocupe Aiba-san, es más, soy yo el que le tengo que pedir disculpas por no haberlo notado antes. – reverencio.
- bueno eso no importa ahora dime, ¿qué paso? – pregunto con interés ya que no muchos junior se acercaban a él cuándo lo notaban “decaído”, y eso era en raras veces.
- Bueno, Aiba-san… es que tengo un pequeño problema laboral pero, puedo hablar con usted otro día. No me gusta verlo así.
- No tengo nada, es que últimamente ando un poco cansado. – dijo sonriendo
- Cuídese mucho por favor. Mejor lo dejo y hablamos otro día, en realidad yo ahora tengo que ir a una locación para un programa donde estoy de invitado – pronuncio apenado, se sentía mal por haber hablado a lo tonto siendo que tenía trabajo en ese mismo momento.
- Bueno, entonces búscame cuando estés libre para hablar. No te quito más tu tiempo, Ja ne~!
- Al contrario Aiba-san, Bueno se me hace tarde ¡hasta luego~! – dio una pequeña reverencia y salió corriendo.
Masaki subió al elevador rezando porque Jun ya no estuviera en el Green room. Llego al piso donde se localizaba la sala y recorrió el largo pasillo hasta que llego a la puerta entro pero no encontró a nadie.
-¡Ah~! Al menos ya no está... - suspiro, pero se congelo al instante cuando sintió una mano en su hombro.
- ¿Quien ya no está?
- AH! Sho-chan, ¡BAKA! Me espantaste pensé que ya no estabas aquí. – Dijo dándole un leve golpe en su brazo.
- Ay, perdón. Yo pensé que TÚ te habías ido, no vi tus cosas así que… -recalco Sho.
- Oye, sabes si ya se fue Matsujun – Pregunto agarrándolo del cuello de su chamarra casi con desesperación.
-¿Me buscabas?- Pregunto Matsujun en su modo DoS al entrar al “recinto” – ¿Pensaste que me iba a ir sin hablar primero contigo?
- Bueno si van a hablar yo me voy hoy tengo la tarde Libre… ¡POR FIN! así que, adiós. – Sho agarro sus cosas, metió su toalla dentro de su maleta, los dos presentes se despidieron de Sho y el paso a retirarse del cuarto.
- Ay no ¿porque se tuvo que ir? Si tan solo se hubiera quedado no tendría que hablar con Matsujun.
-¿Entonces qué? ¿No vamos hablar? – Pregunto Jun mientras hojeaba un libro que había traído de casa.
- ¿Bueno de que quieres hablar? - pregunto dándole la espalda a Jun.
- Creo que eso es lo que yo tendría que preguntar, pero si no estás dispuesto a hablar primero entonces, lo hare yo. ¿Por qué te pusiste tan a la defensiva cuando saliste de aquí con Ryo?
- ¡No me puse a la defensiva! – Dijo pegando la vuelta viéndolo fríamente.
- Mira cómo te pones tan solo decirte algo que a simple vista se ve. Te diré algo… - Para esto se puso de Pie – Oí unas cosas sin querer y quiero que me aclares algo quieres. ¿Quién es en verdad Ryo?
- El… él es solo un amigo.
- ¿Sabes? NUNCA has podido mentir y creo que aunque te esfuerces en hacerlo no lo lograras. Pero si no quieres hablar no te sacare las palabras con cuchara. Mejor me voy. – agarro su bolsa *como la blanquita de Neens* y se dirigió a la salida y se paró unos cuantos pasos antes de llegar a la puerta. – Despreocúpate que lo que oí hace rato no saldrá de estos labios…
- ¿Que oíste? – pregunto Masaki presuroso.
- ¿Qué? ¿Tan pronto cambiaste de opinión? - dijo totalmente DoS
- Por favor Matsujun dime que oíste, yo te lo puedo explicar todo. – Rogo a Jun con ojos llorosos.
- OK. – accedió y aventó su bolsa a el escrito de donde lo había a garrado. Agarro la mano de Masaki y lo llevo a sentarse en el sofá junto a él. – Ahora si explícame todo y dime quien es ella.
- Matsujun, Hice algo terrible. – En ese momento se derramaron pequeñas lágrimas y se escuchaban unos sollozos.
- No llores, no soy nadie para reclamarte, pero me tienes que decir todo. No te juzgare ni nada – lo abrazo y le seco sus lágrimas con su mano, un gesto lindo de Matsu que casi nunca se veía pero con Aiba era diferente, lo conocía desde hace años y sabía que ese chico que tenía enfrente no era Aiba-chan , aunque bueno también tenía sus días tristes. Matsumoto sabía que estas lágrimas no eran de tristeza.
-Matsujun… yo… yo… No fue mi intención debes creerme… ¡¡No quise atropellarla!! – dijo casi gritando.
- Masaki no grites ¿o quieres que se enteren todos?
- No, no quiero.
- Bueno, entonces cálmate. Y créeme que te creo, pero dime todo lo que paso.
- está bien. I-iba manejando ayer cerca de un parque adonde me gusta ir y… y ahí sucedió todo. Sonó mi celular y no lo encontraba – empezó a derramar lágrimas de nuevo - … pero te juro que no había nadie cruzando la calle en ese momento… empecé a buscarlo como loco y no lo encontraba y me di por vencido. Y cuando mire de nuevo el camino ella, ella ya estaba cruzando y no pude detenerme. – seguía sollozando.
- ¿y luego? ¿Qué hiciste? ¿Te reconoció alguien? – pregunto insistente y preocupado por su compañero.
- me baje como un loco y vi que todavía respirada, por suerte no pasaba tanta gente en ese momento, la subí a mi carro y la lleve a una clínica que estaba cerca. – jalo su manga y seco su cara aunque todavía se podían oír pequeños hipidos. – No creo que alguien me haya reconocido, ni siquiera en el hospital di otro nombre y no me quite los lentes y la gorra que llevaba.
- Que bueno que no te reconocieron, pero entonces no le pasó nada grave si luego a otro día anda de arriba para abajo. Aun así lo que me preocupa es que si no habrá una secuela por el golpe que se dio. – Pronuncio un preocupado Jun.-
-¿Jun t-tu crees que le pase algo malo?
- No sabría decirte. No sé qué tan grave fue el golpe que se dio. ¿El Doctor no les dijo nada cuando estuvieron en la clínica?
- Pues no… - se dejaron oír pequeñas risitas - es que ella huyo del lugar, mientras yo iba por algo de tomar y comer para cuando ella despertara, cuando iba entrando choque con ella y después la perseguí hasta que pude alcanzarla.
- Que “linda” historia de amor me has contado Aiba-chan – Rio – pero ya enserio, te toco vivir un día de locos, pero hay que rogar que ella no te demande o a la compañía eso sería muy perjudicial no solo para tu carrera sino también para la de todos.
-Matsujun, creo que ella no sabe quién soy yo o más bien QUIENES SOMOS . No menciono nada sobre conocernos. Ni siquiera se sorprendió al verlos ¿o sí?
- Tienes razón no se aloco como lo haría cualquier otra fanática. Quizás… se le borro el disco duro – jugo.
- No juegues Matsujun… no me gustaría que le pasara nada.
- para no hablar ya de eso. ¿Cómo se llama la chica?
- Se llama Sumire – una pequeña sonrisa se dibujó en su cara.

Hora Actual – Casi media noche en el puesto de comida –

- mmm… ¡Que rico! Ya no recordaba que tan buena era la comida de Tamura-san! – dije saboreando la comida.
- Qué bueno que le sigue gustando Sumire-chan – pronuncio el dueño del puesto.
- Nee Sumi-chan, ¿porque gritaste hace rato? –
- ¿hace rato? ¿A qué te refieres? – me hice la loca.
- no te hagas. Antes de que fueras a mi cuarto. Escuche muy bien como alguien grito y sé que fuiste tú.
- ¿y si sabias que fui yo, por que no fuiste a verme? – hice un pequeño puchero.
- ah bueno… más que nada era una sospecha que acabo de confirmar, la verdad es que solo alcance a escuchar “déjame, lárgate ya” o algo así a lo lejos. – hiso un ademan con su mano levantada. – pero entonces si fuiste tú.
- sí. – afirme y seguí comiendo – pensé que no te importaba, y que por eso no me fuiste a ver.
- pues era una de tres!
- ¿una de tres? Pensé que se decía una de dos. – ladee mi cabeza aun comiendo.
- bueno si, ¡y no hables con la boca llena! Conmigo son una de tres – recalco - O una: fuiste tú, dos: fue alguien que pasaba por la calle y le grito a su acosador o tres: … y esta es la peor… me estoy volviendo loca por tanto trabajo.
- ¿Acosador…? Ya no deberías de trabajar tanto… y bueno ya te dije si fui yo…
- Y ¿por qué gritaste? – Pregunto – Ah! Tamura-san si nos puede traer un poco más de sake por favor!
- Tan solo fue una pesadilla… no me quiere dejar en paz – dije por lo bajo.
- ¿Quién no te deja en paz? – pregunto mientras serbia mas sake para las dos.
- ¡Nadie! ¡Nadie! – Negué también con mi mano – olvídalo.
- como que nadie, dime. O me obligaras a sacártelo a cucharadas.
- te juro, no es nadie. Solo fue una manera de decir que tengo insomnio. – trate de convencerla para que ya no preguntara más.
- a ha, ahora así se dice ¿no? esta suelta la lengua por que la suelta. bueno olvidemos lo si eso es lo que quieres. Mejor cuéntame cómo te fue en estos años en México, yo con mi trabajo ni me ha dado tiempo de conversar contigo. ¿Encontraste galán?
- prefiero no hablar de eso – tome un sorbo de sake – Ahg! Sí que esta fuerte el saque Tamura-san – dije agitando el vaso en el aire. Tamura-san solo sonrió.
- ¿por qué? – pregunto Milo intrigada.
- Porque no… No pasó nada emocionante.
- Me estás diciendo que en casi 4 años que viviste en un país que jamás antes habías conocido o vivido en, ni un día fue excitante, divertido, alegre, o hasta quizás triste.
- ¡Sí!
- Ok, está bien pero tampoco te me alebreste.
- perdón, creo que se me está subiendo – reí nerviosa
- Justo lo que estaba esperando… hay si esto ni es tan fuerte, mejor tomate otro trago
- No, no. así estoy bien
- hay hombre, ni aguantas – siguió picándome, y mi orgullo no aguanto.
- pues para que veas que si aguanto sírveme otro pero lleno eh. – en ese momento no me preocupaba emborracharme, no tenía trabajo al que ir al otro día. Lo que no se me ocurrió en ese momento es que esto era parte de un plan de mi amiga Milo para sacarme la sopa de lo que había ocurrido en México.
-si tú lo dices. Hay que brindar por que estas de regreso.
- ¡Salud! – dijimos al unísono.
- Tamura-san~ Tráiganos el sake mas fuerte que tenga, por favor. – Dijo Milo cantorcilla.
- ¿De plano?
-¿Qué?
- Nos vamos a emborrachar para celebrar mi regreso después de casi una semana. – pregunte esperanzada de que no fuera así, que aunque poco me importaba de mi parte, Milo tendría que trabajar al otro día.
- Bueno, así como que emborracharnos emborracharnos… No, pero ya que cierta persona aquí presente se acabó la mayoría de la botella de cerveza que había en el gabinete con otra cierta persona aquí no presente, pues se me ocurrió desquitarme.
- Que vengativa eres Milo, no te conocía ese lado oscuro que tienes. – reí y volví a tomar dos tragos mas de mi vaso sintiendo ahora un poco del efecto del alcohol que hacia que mis mejillas se sintieran calientes.

Pasada ya la media noche y unos cuantos vasos de sake y cerveza, que Milo había mandado a comprar, ya estábamos ebrias. Hablábamos cosas sin sentido, trilladas, y a la vez infantiles. Las demás personas que comían y pasaban por ahí solo nos echaban miradas una que otra vez que subíamos el volumen de nuestras voces.

- ! Salud Milo! – ya sentía mis ojos pesados y Milo por poco se cae de su silla pero pude agarrarla antes de que callera.
- No me muevan el piso – Rio – ¿Qué? Te gusto, Lígame. – dijo en español a un chico que comía en frente de nosotras.
- ¡Wow! Ya deja al pobre, que no hace mas que mirarnos, así no te lo vas a ligar – Reí fuerte – Te puedo asegurar que este es mucho mejor que el idiota aquel. Tan solo se preocupaba por el y solo el, mas sin en cambio yo estaba a su lado, pero se le acabo la tonta que estaba para el sin condiciones – reí agriamente y si no me tapo la boca por poco y se me sale un eructo – Ya estoy libre y muy lejos de él. Salud.
- ¡Salud amiga! estaré borracha pero no sorda. Ahora es el momento. ¿Por…? – Dijo esperando que dijera el nombre del chico pero eso no paso.
- Por… que no nos vamos ya… que si no me voy a dormir aquí en la mesa – dije parándome y agarrándome de donde pudiera. – ¡Adiós Tamura-san!
- ¡Hasta Luego! – Se despidió y pude oír que le decía al chico que le estaba ayudando con los comensales que nos ayudara a ir a casa. Llego con nosotras nos pidió nuestras bolsas y se las colgó, cogió a cada una y nos puso a cada costado de él.
- Y tú, ¿Cómo te llamas lindo? – pronuncie aguantado las ganas de volver.
- Me llamo Ryo.
- A mira que coincidencia. Yo también me llamo Ryo. – Reí al tan solo acordarme de lo que paso la mañana anterior.




* - Taiga Kyomoto es un junior que conocí gracias a un CM que hiso para una marca de relojes.


se les agradeceria un comentario desde el fondo del corazon de su servidora. <3